miércoles, 5 de mayo de 2010

Al cabo del mar

Yusa en Argentina

Es una joven multiinstrumentista, compositora e intérprete cubana que acaba de brindar, en nuestro país, una serie de recitales junto a músicos de la talla de Liliana Herrero y Raly Barrionuevo. Crecida en La Habana, frente al mar, desembarca en estas playas para salpicarnos con gotas de su música.

Por Luis Zarranz
Yusa se acerca liviana y relajada. Se desploma sobre la silla mientras bebe pequeños sorbos de agua mineral. Son las diez de la noche de un lunes pasado de moda. Acaba de lucirse como invitada de la Bomba de Tiempo y ahora se acomoda para escuchar las preguntas, con el ímpetu del escenario aún sobre sus zapatos.
Calificada como una de las representantes de la nueva ola de músicos cubanos que condensan la tradición de su país con los sonidos del resto del mundo, en su caso particular hay una mixtura de varios géneros: rock, jazz, pop, ritmo brasileño y, por supuesto, profunda raíz cubana como la rumba, la trova y el son.
De vuelta a la Argentina, a la que llegó por primera vez como bajista de Santiago Feliu, y luego se hizo habitué de estas pampas, acaba de ofrecer una serie de conciertos en el Café Vinilo, durante los viernes de abril. El Ciclo, “Descarga con amigos”, la enlazó en el escenario con Liliana Herrero, Tonolec, Raly Barrionuevo y Hugo Fattoruso en cuatro shows de enorme calidad sonora, amplia variedad de repertorios y una calidez tal que no alcanzaron a saciar el deseo de verla en Buenos Aires. En ellos, Yusa se destacó no sólo por su tierna voz sino por su virtuosismo en todos los instrumentos que toca: guitarra, tres cubano, bajo y piano, acompañada por Mario Gusso en la percusión.
Ahora, con idéntica pasión, conversa con Sueños Compartidos.

-¿Cómo estás transitando este regreso a la Argentina?
-Es más difícil porque el público se convierte en uno habitual, entonces para mí es un reto porque soy muy exigente conmigo: no me gusta estar haciendo siempre el mismo repertorio porque para mí la música es un modo de vida y, al mismo tiempo, vivo de la música. Sin embargo, la base fundamental, en mi caso, es la vocación.

-Que el público sea habitual, ¿implica que vos sientas estos escenarios como habituales también?
-Sí, y es la primera vez que reitero el lugar y es como si estuviera viviendo acá, en mi casa. Eso es lo mejor y lo más peligroso, porque es un público que ya me conoce, que va a ver a la Yusa que conocieron en un momento y también va otro público que espera otras cosas. Pero es reconfortante saber que hay cada vez más personas que están siguiendo una propuesta de otro país, habiendo tan buena música y una cultura tan fuerte aquí. Ahí tú notas la conexión entre Cuba y Argentina. Tú no sabes lo que siento cuando escucho la chacarera: se me salen las lágrimas porque es tan de la tierra, tan arraigada que me conmueve. Entonces llego aquí y es como caer en los brazos de esa tierra con tranquilidad. No sabía que tenía esa capacidad, porque soy bastante de Cuba, del mar, crecí en la zona este de La Habana. Viví siempre frente al mar, mi padre es marino mercante. Entonces es difícil que me sienta como en mi hogar fuera de él, pero aquí lo siento

Yusa está hablando de la música, de Cuba y del mar, tres elementos básicos de su vida. Dice que le es imposible identificar cuándo surgió ese vínculo tan intenso con los acordes: “Chico, si tu supieras que no tengo conciencia de cuándo fue, porque siempre me interesó. No tengo un momento”, argumenta para dar cuenta de un amor prematuro, tanto que en vez de juguetes pedía instrumentos: “Una vez pedí una guitarra y me regalaron una chiquita, y yo decía ‘no, quiero una de verdad’”, expresa entre risotadas. El efecto envolvente del mar le produjo idéntica fascinación: “Es mi medio natural”. De Cuba, de esa Revolución que admite mayúsculas, afirma: “Yo soy parte de ella. Todo lo que soy hoy tiene que ver con ese proceso, evidentemente, porque si no, no pensaría como pienso, toda la evolución que hice en mi carrera… también tuve un tipo de vida que fue afortunada porque tuve oportunidad de ligarme a otras culturas y países desde muy joven y eso también te hace valorar de dónde vienes y cuán grande es lo que tienes. Eso es lo más difícil cuando estás en Cuba”.
“Mi país es donde quisiera morir. Igual, puedo vivir en cualquier lugar del mundo: estoy apta, y eso me lo hizo esa Revolución. Estoy súper orgullosa de ser mujer y cubana”, afirma en ese decir tan característico de esa isla que desde hace cinco décadas es un faro para los pueblos latinoamericanos deseosos de soltar amarras.
Yusa vive en La Habana pero además es ciudadana del mundo, al que recorre impulsada por los acordes de su guitarra: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Brasil y Japón, entre otros, fueron algunos de sus destinos. Ya con su tercer disco solista bajo el brazo, “Haiku” (2008), festeja la libertad con la que transita el universo discográfico: “Por suerte no he tenido que hacer las canciones que nadie espera que haga, nunca he tenido la premura de estar haciendo quince temas para un disco, por ejemplo. Incluso, el último dura 37 minutos: ni siquiera tiene el tiempo estándar”.

-¿Cómo comenzaste a componer?
-Es muy curioso porque la música y la literatura me fascinan. Me encanta aprender. No soporto no saber. Tengo esa curiosidad. Cuando vi por primera vez a Domingo Candelaria, actor y músico, me descubrí a mí también: Me dije: “Esto es lo que yo soy”. Y yo aún no había escrito una canción. Ese día empecé. Él llegó a mi vida para eso, es algo que voy a agradecerle siempre porque ahora mismo no puedo parar de hacerlo. Incluso no soy tan prolífica, me tomo mi tiempo y quiero dejar fluir el pensamiento sin tanta forma y ni tanto vericueto.

Las referencias musicales en su repertorio son inabarcables. En Haiku, cada una de las diez canciones es una pequeña pieza de orfebrería donde se multiplica como autora, cantante e, incluso, toca casi todos los instrumentos, en un combo que es una caricia para los oídos y un despliegue impresionante de influencias musicales. Yusa no sólo las acepta: las necesita para poder seguir adelante.

-¿Qué influencias musicales reconocés?
-Ta difícil, porque tengo tantas… he viajado mucho también y he tocado muchos tipos de música. Tengo las influencias conscientes y las que busco porque se adhieren a lo que soy, pero las otras son las que ni siquiera me doy cuenta, las que uno va procesando en ese camino.

-¿Qué es la música para vos?
-Como una obra de arte. Es un desafío tremendo. Es algo para mejorarme.

Yusa se levanta de la silla con el mismo ímpetu con que se sentó. La botella de agua es prehistoria. Alza la guitarra y se prepara para ir a otra entrevista. Se va, literalmente, con la música a otra parte, pero como el mar, pronto estará de regreso. 

+Info
-www.yusamusic.com

(Publicada en la revista "Sueños Compartidos", mayo 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario