Katia Lara es
una cineasta hondureña y la directora de un impecable documental que narra con
precisión y contundencia el Golpe de Estado en su país y la épica del pueblo en
resistencia. Estrenado mundialmente en Argentina, donde reside como
exiliada, pudo ser exhibido en Honduras al cumplirse un año de aquella irrupción que derrocara a Zelaya. Aquí,
brinda detalles sobre su trabajo y la situación en su país.
Por Luis Zarranz
-¿Cómo fue el
proceso de realización del documental?
-El primer acto del documental da cuenta del ambiente
previo al Golpe de Estado a través de un seriado de ficción que Presidencia de
la República estaba pautando en la televisión nacional para promover la
consulta popular conocida como “Cuarta Urna”, que fue el pretexto de la
oligarquía para dar el Golpe. Nuestra empresa, terco Producciones, estaba produciendo estos contenidos. Nuestro trabajo
se volvió tan popular que nos convertimos en amenaza. Fuimos víctimas de un
asalto a mano armada: nos obligaron a entregar todo nuestro equipo: cámaras,
computadoras y archivos. El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) calificó el asalto como un
hecho político y lo vinculó a la visita que, con el pretexto de solicitar
servicios, nos hiciera meses antes el Sr. Billy Joya (fundador del escuadrón
paramilitar 3-16 en los años ochenta y posterior ministro asesor de seguridad
del gobierno de facto de Roberto Michelleti)
Después del Golpe comenzaron las amenazas hacia mí y dos
actores del seriado: Xenia y René (se narran en el filme). El Ejército y
la Policía nos quitaron dos cámaras dedicadas al documental, ambas mientras
cubríamos la represión. Tres veces debimos mudarnos de lugar de trabajo. En diciembre,
tres miembros del equipo decidimos dejar el país para asegurar las 150 horas de
material que teníamos registradas y editar en condiciones más normales. El
trabajo de post producción del documental se realizó en Buenos Aires durante
seis meses, contando con muchísima solidaridad de personas e instituciones, y
con el apoyo del INCAA.
-¿Cómo lograron
captar tan puntillosamente las imágenes en medio de la censura, la represión y
la balacera militar?
-Con terquedad, diría yo, haciendo honor al nombre de “terco Producciones”. Salimos a cubrir desde
el primer día Carlos (guatemalteco), Andrés (argentino) y yo. Estábamos
confundidos y temerosos. Nos peleábamos por cualquier cosa y todo nos asustaba. Con el
pasar de los días, como el resto de hondureños y hondureñas en resistencia, nos
fuimos acostumbrando a la incertidumbre, a los escudos de la policía, las
tanquetas, los militares armados, los funerales, las bombas lacrimógenas, la
sangre, los entierros, los toletazos… Por otro lado, igual que otros sectores,
nos unimos de forma inédita: colegas cineastas que en otra circunstancia no se
hubiesen sumado (por eso de las disputas en los gremios) respondieron de
inmediato y nos apoyaron prestándonos equipos, cubriendo en zonas o momentos
donde nosotros no podíamos, pasándonos material, avisándonos cuando sucedía
algo importante. Así surgió una hermandad muy grande. Todos y todas estábamos
en lo mismo. Por otro lado, al estar integrada al equipo de comunicaciones del
Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, tuve la confianza de los
compañeros y compañeras: eso nos permitía trabajar “protegidos” y entrar a
lugares donde otras cámaras no llegaban.
-¿Cuáles son los
efectos más serios que dejó en la sociedad la dictadura de Micheletti?
Violaciones a los derechos humanos: asesinatos, presos
políticos, detenciones ilegales, allanamiento a medios de comunicación, etc; un
estado en bancarrota: se gastaron los fondos del ALBA, incluso los de las
jubilaciones de los maestros y salarios de los empleados del Estado; desempleo;
despidos injustificados, especialmente a miembros de la Resistencia; ingobernabilidad;
impunidad; el poder militar por encima del poder civil, entre varios otros.
También debemos rescatar su contracara: un nuevo espacio
de organización, participación, formación política y movilización: “El Frente
Nacional de Resistencia Popular” (FNRP); un trabajo sostenido de denuncia de
las violaciones a los derechos humanos a través de la Comisión de Verdad; nuevos
sectores organizados: jóvenes y artistas, por ejemplo; una red humana a nivel
nacional surgida de la necesidad de responder al bloqueo y la represión; un
pueblo que reconoce el momento histórico y está dispuesto a seguir luchando por
la Asamblea Nacional Constituyente. Además los cómplices del sistema han tenido
que dar la cara. Ahora sabemos “quién es quién” con más claridad.
-¿Cuáles fueron, a tu criterio, las razones para que se haya gestado el Golpe de Estado?
-El miedo de la oligarquía a perder su hegemonía y el de los
norteamericanos a perder el control sobre un territorio que le es útil para el
negocio del narcotráfico y su escalada armamentista (bases militares) Ese miedo
poco a poco se fue personificando en Zelaya a través de varias acciones como
cuestionar al FMI, aprobar (el día de la toma de posesión) la ley de
participación ciudadana;
proponer que la
base militar norteamericana de Plamerola, en Comayagua, se convierta en un
aeropuerto civil; el aumento histórico al salario mínimo; la adhesión al ALBA;
licitar la compra de petróleo; etcétera: demasiado para nuestra oligarquía
prehistórica y para los intereses hegemónicos de los gringos.
-¿Qué recorrido
ha realizado el documental desde su estreno?
-No he parado de viajar para exhibir la película,
sobre una red tejida por la solidaridad y con la sorpresa de encontrarme siempre
con la sala llena y muchas preguntas para responder. Comenzamos en Buenos Aires
y La Paz simultáneamente el 7 de junio y luego seguimos por Chile, Costa Rica,
Nicaragua, El Salvador, Francia, Alemania, Bélgica. Llegamos a Honduras para el
aniversario del Golpe, el 28 de junio. Ese día tan esperado fue muy
emocionante: la gente no veía el documental, ¡lo vivía!, no podías escuchar el
sonido, que cada vez subíamos más, porque los compañeros y compañeras –que
venían de una marcha– gritaban las consignas, insultaban a los golpistas,
lloraban, se reían, comentaban… fue muy emocionante. Ese día a la noche
repetimos la presentación al aire libre, cerrando un evento cultural de
Artistas en Resistencia. Al día siguiente salimos a otras ciudades y el plan se
cumplió muy bien. Yo he seguido viaje: varias presentaciones en México, Estados
Unidos. Además el documental ha viajado acompañado de René Amador (el
protagonista) quien ahora vive exiliado en Madrid. Últimamente se ha presentado
en varias ciudades de Australia y en Austria y recién comenzamos la segunda
etapa de difusión, que serán los Festivales, comenzando por el Biarritz. Más
allá de los premios, esperamos que mucha gente del mundo pueda seguir
enterándose de lo que está pasando en Honduras.
-¿Qué
implicancias personales tuvo la realización del documental?
-Dicen que “lo que no mata, engorda”. Obviamente siempre
habrá un antes y un después del Golpe en la vida de todos los hondureños y
hondureñas, vivamos o no en el país. En mi caso particular tengo que comenzar
una nueva vida. Nuestra empresa ha recibido un revés muy fuerte. Estábamos a
punto de inaugurar una escuela de formación audiovisual para jóvenes, desarrollando
hermosos productos vinculados a nuestra memoria audiovisual, y mi ópera prima
de ficción… todo eso se fracturó. También mi vida personal ha cambiado
radicalmente, entonces realizar este documental ha implicado arriesgarlo todo.
Debo admitir que tengo miedo de volver a Honduras y también me da mucha
tristeza el hecho de que nuestra empresa ha sido desmembrada y que tengo que
volver a comenzar. Por eso he decidido radicarme en Buenos Aires por un tiempo.
Tengo una situación migratoria favorable: “precario de refugiada política” ante
CONARE y espero conseguir un trabajo y/o seguir desarrollando mis proyectos desde
acá. Seguiré trabajando en “Artistas en Resistencia” y coordinando actividades
en el extranjero con la comisión de “trabajo internacional” del FNRP y con mi
próximo proyecto documental, “Tierra Colorada” que hace un paralelo entre la
existencia de bases militares norteamericanas en mi país y la lucha por la
tierra.
+Info
(Publicada en la revista "Sueños Compartidos", noviembre 2010)
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