La Linterna
Mágica es una asociación sin fines de lucro que invita a los pequeños a
descubrir el placer incomparable que provoca el cine, los forma como
espectadores dentro de un marco didáctico y entretenido y favorece la
sociabilización entre pares. En Argentina ya cuenta con más de 400 socios.
Por Luis Zarranz
Entrar a una sala de cine y ver que las butacas están
pobladas exclusivamente por chicos y chicas de 6 a 12 años, sin pochoclos ni
gaseosas, que gozan con una película en blanco y negro, y con una orquesta en
vivo, resulta una experiencia fascinante e inverosímil. Sin embargo, es tan
real como el placer y el entusiasmo que brota del rostro de estos nenes, mientras
hacen ese silencio tan propio de la edad, mezclado con cuchicheos constantes.
Están viendo “El Maquinista de la General”, de Buster
Keaton, película de 1926 que hace referencia, en clave humorística, a un
episodio de la Guerra de Secesión norteamericana.
Guauuuuu.
Varios están haciendo su debut cinematográfico mirando un
clásico mundial del cine mudo. Y están aprendiendo, además, la diferencia entre
persona y personaje.
Esta alquimia se produce gracias a “La Linterna Mágica”,
un club de cine internacional para chicos de esa edad, que los invita a
descubrir el placer de la pantalla grande y los introduce en el lenguaje
cinematográfico de forma didáctica y divertida.
Los pequeños socios de este club maravilloso disfrutan 9
funciones anuales. La semana previa a cada proyección reciben en sus hogares
una revista atractiva y pedagógica con información sobre el film que verán.
Además, antes de la peli, presencian una obra de teatro en la que se trabajan
conceptos cinematográficos relacionados al film de ese día y al cine en
general. Así, el combo es perfecto: cine, teatro, una revista y, si la película
es muda, una banda en vivo incorpora el concepto sonoro.
La licenciada en psicología Cecilia Perczyk, coordinadora
del proyecto, brinda algunas pistas del objetivo: “Tratamos a los chicos como
sujetos, no como objetos”. De esta manera les alimentan la mente y la emoción.
“La idea es darles mucha variedad, que vean películas distintas. No es lo mismo
que las pongan en su casa con el dvd, que lo prenden, lo apagan, los llaman a
comer; que verlo con un grupo de chicos en una sala de cine, con un montón de
herramientas. Además, es formarlos como espectadores. Si prenden la tele y ven
una peli en blanco y negro, que no la apaguen”, añade.
La Linterna Mágica apunta, así, a la formación de los
chicos como espectadores, a acercarlos al arte pero no desde el enorme aparato
comercial que tiñe a casi todas las propuestas artísticas masivas para chicos.
La idea de este club de cine internacional surgió en
Suiza a principios de los 90 y ya se expandió a casi toda Europa y algunos
países africanos. Desde 2008, la Argentina es el único país de América en
contar con esta propuesta.
Las películas que se proyectan abarcan distintas épocas y
las estéticas más diversas. Están agrupadas en ciclos de emociones: reír,
soñar, emocionar y un poco de miedo. En cada uno de esos módulos se exhiben
tres films. Y los chicos disfrutan, aprenden, la pasan bien y se relacionan, de
igual a igual, con nenes de su edad.
Las únicas tres reglas que todo el mundo tiene que
respetar durante la proyección son no comer, no beber, ni molestar al
compañero. Los locos bajitos espectadores se concentran en la función, con una
cualidad que más de un adulto tiene en vías de extinción: la capacidad de
fascinación y de dejarse sorprender.
Los grandes se pierden el show. Éstas son sólo cosas de
chicos.
+Info
-Contacto: 3526-0382 / socios@asalallena.org.ar / www.linterna-magica.org
(Publicada en la revista "Sueños Compartidos", mayo 2010)
(Publicada en la revista "Sueños Compartidos", mayo 2010)
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