Impactadas por el
desarrollo y la calidad de cada uno de los espacios, y por las dimensiones de
todo el predio, diez Madres: Hebe de Bonafini, Visitación de Loyola, Juana de
Párgament, Josefa de Fiore, Mercedes de Meroño, Ana de Barimboim, Elsa de
Manzotti, Josefina de Paludi, Hebe de Mascia y Claudia de San Martín, se
maravillaron con la exposición de ciencia y tecnología más importante del
Bicentenario. Además, recibieron miles de abrazos, saludos, apoyos y afecto. Se
sacaron innumerable cantidad de fotos con el público y, a su paso, fueron
aplaudidas y ovacionadas.
Al llegar, las
Madres fueron recibidas por Javier Grossman, director de la Unidad Ejecutora
del Bicentenario. Al darles la bienvenida, expresó: "Lo que estamos mostrando
no es la Argentina de mañana sino la de hoy. Para nosotros es importante que
estén acá. ¡Bienvenidas!"
Como primer punto
del itinerario, las Madres visitaron el espacio "Hielos Argentinos",
uno de los más visitados. Allí recibieron una explicación didáctica sobre los
glaciares y la Antártida Argentina. El stand expone el trabajo de los
científicos argentinos en esas regiones del país y cuenta con una muestra
interactiva: un simulacro del rompimiento de un glaciar, con estruendo
incluido. Los carritos que transportaban a las Madres eran seguidos por jóvenes
y adultos, con cámaras de fotos, que no se cansaban de darles aliento y apoyo.
Alumnos de escuelas primarias y secundarias se sumaban, también, al revuelo que
generaban los pañuelos blancos en medio de Tecnópolis.
En el espacio de
Industria, las Madres disfrutaron de un impactante show de Fuerza Bruta, con todos
los elementos que caracterizan a este grupo: vértigo, equilibrio, ritmo,
adrenalina y movimiento: todo en altura y alrededor de un auto que lanzaba
chispas al compás de la música electrónica.
Tras esa muestra de
destreza y arte, aceptaron participar de un ejercicio interesante
llamado "pila humana": un instrumento que al apoyar ambas manos medía
la cantidad de energía del cuerpo. La primera en acceder al desafío fue Hebe de
Bonafini. Cansada pero vital, al apoyar sus manos la aguja pegó un brinco y
llevó el registro al número 49 de un máximo de 50, demostrando que la potencia
que la caracteriza estaba intacta y, en Técnópolis, podía ser cuantificada. Cada
una de las Madres fue midiendo su energía dejando boquiabiertos a los jóvenes
que las acompañaban.
El pañuelo blanco
siguió surcando la exposición, admirando la instalación de Julio Le Parc, de
cientos de espejos, y a los robots de distintos dinosaurios a escala real, con
rugidos y movimientos.
A esa altura ya
habían recibido dos millones y medio de abrazos, cincuenta mil fotos, aplausos
a cada paso y miles de muestras de afecto y admiración. Cuando pegaban la
vuelta, casi tres horas después de haber comenzado el recorrido, las sorprendió
la Murga Electrónica de Fuerza Bruta y no pudieron dejar de aplaudir y mover el
cuerpo mientras disfrutaban la destreza, la alegría y la satisfacción que
reflejaba el baile.
Al regresar, la
presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini, expresó sus sensaciones:
"Es una genialidad lo que han hecho. Todo es limpio, prolijo, no hay un
papel y pasan miles y miles de personas; entonces eso demuestra que es un
esfuerzo que, tal vez, nunca le vamos a terminar de agradecer a la
Presidenta".
(Publicada en la revista "Ni un paso atrás", octubre 2011)
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