sábado, 5 de noviembre de 2005

Microrelatos


Hormigas
                                                                                             A Jorge y a los 14 restantes.

A Jorge se le había llenado la celda de hormigas. Si iba al baño, ellas iban detrás de él. Una noche mientas escribía, una hormiga le caminó por la toda la birome y luego se posó sobre el cuaderno, en la hoja que estaba escribiendo. Expectante.
Mientras, él la contemplaba.
Jorge Nievas no conocía la leyenda antes de entrar. Dentro de la cárcel, escuchó pocas historias no vinculadas con oscuridades y tumberías. Esta fue una de aquellas. En la prisión la hormiga es sinónimo de libertad. “Cuando se te aparecen significa que salís”, le dijeron una vez.
Jorge no podía creer que este insecto que espera la muerte en pareja, de a dos, que carga siete veces su peso cuando vienen las lluvias, se entere antes que su abogado si la libertad estaba más allá o más acá.
Al otro día, por medio de un comunicado, se vino a enterar que quedaba libre.

Jorge Nievas estuvo más de un año preso por los “incidentes de la Legislatura” aunque lo único que había hecho era “tocar el bombo”.


Basurero
Horacio fue tristemente célebre. Como se dice, tuvo su “cuarto de hora”. Su caso fue noticia para todos los medios nacionales. Horacio fue, por una semana, el “loco de la basura”.
Vaya a saber porqué Horacio salía a la noche a recorrer su barrio, La Boca, para juntar la basura y almacenarla en su casa. El tipo había convertido su casa en un basurero y los vecinos, lógicamente, no aguantaban más la invasión de ratas y el olor nauseabundo.
La basura estaba acumulada hasta en la terraza y eran claros los perjuicios que eso ocasionaba en la salud suya y del resto.
Los medios pidieron con toda la furia que “Salud Pública” se hiciera presente para terminar con ese basurero a cielo abierto.
A cinco cuadras, a quinientos metros de esta casa está el Riachuelo. Las empresas siguen vertiendo sus residuos cloacales sobre él y el nivel de contaminación no resiste réplicas.
Ningún medio aprovechó la volada para denunciar este otro basurero a cielo abierto que contamina a cientos de personas por año.
¿Quién será el loco que permite esta basura?

(Publicadas en la revista "Al Margen", octubre-noviembre 2005)

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